JKRowling en la lista de invitados del baile de inauguración de Obama.

Más de tres mil personas participaron este fin de semana en Washington en el ensayo general para el gran día, el 20 de enero. Todo está listo y los famosos preparan sus mejores galas.

Washington ha realizado el último ensayo general de la ceremonia de investidura de Barack Obama que durará tres horas. Sólo faltan ocho días para que se celebre el acto, que costará 56 millones de euros. Será el acto de investidura con más seguridad de la historia.

Las entradas para el desfile se agotaron en un instante. Puestas a la venta por teléfono e Internet al precio de 25 dólares, apenas duraron un minuto. Ahora se cotizan hasta a 1.500 dólares. Se calcula que unos dos millones de estadounidenses salgan a las calles de Washington para seguir los acontecimientos en directo.

Pero además de los actos para los ciudadanos de a pie, que por primera vez incluirán bailes en los barrios para todos los que quieran asistir, están las invitaciones para la gran fiesta del 20 de enero, el Inauguration Ball. Parece que a petición de las hijas de Obama una de las personas invitadas será J.K. Rowling, la autora de sus libros favoritos, Harry Potter.

También acudirán estrellas de Hollywood como George Clooney, dicen que amigo personal del presidente electo, y Scarlett Johannson, quien según el Times intercambia emails con Obama. A petición de Michelle podría acudir su actor favorito, Will Smith y su actriz preferida, Jennifer Aniston, quien ha sido vista en varias ocasiones acompañando a la futura primera dama.

En total, serán 500 los invitados especiales para el gran evento que prepara Morris Reid para el "primer presidente de la cultura del pop" y a la que no faltarán Mary J Blige, Sting, Bono, Elvis Costello ni el boss, Bruce Springsteen.

Es muy posible que también acudan a la fiesta Angelina Jolie y Brad Pitt, los músicos Beyoncé y Jay Z -el presidente electo es fan del rapero al que escucha con su iPod-. Será sin duda la noche más gloriosa del año que dará paso a una nueva etapa en la Casa Blanca que, como todas, tendrá sus luces y sus sombras. Obama ya ha anunciado que no podrá acometer todas las labores en los cien primeros días y ha pedido calma y paciencia.